había una vez un tipo que era hermafrodita.
porque dios así lo quiso.
era yo.
hasta que un día decidí ser mujer,
y me extirparon el pito.
pero no fue así de simple.
por curiosidad quise ir al ginecólogo.
más bien con el mero objetivo de que me
tocaran.
ahí supe que sólo la concha vale la pena.
domingo, 21 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
igual la pija también vale la pena...
ResponderEliminar¿qué sería de la concha sin la pija?
pija, te quiero.
ResponderEliminar